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lunes, 24 de octubre de 2011

¿Cómo afectan los alucinógenos al cerebro?

La LSD, el peyote, la psilocibina y la PCP son drogas que producen alucinaciones, es decir, ocasionan una distorsión profunda de la percepción de la realidad. Las personas que están bajo la influencia de los alucinógenos ven imágenes, oyen sonidos y sienten sensaciones que parecen ser reales pero que no lo son. Algunos alucinógenos también producen cambios emocionales rápidos y agudos. La LSD, el peyote y la psilocibina producen sus efectos inicialmente interrumpiendo la interacción de las células nerviosas con el neurotransmisor serotonina. El sistema de serotonina se encuentra distribuido a lo largo del cerebro y la médula espinal y ayuda a gobernar los sistemas conductual, perceptivo y regulatorio, incluyendo el estado de ánimo, el hambre, la temperatura corporal, la conducta sexual, el control muscular y la percepción sensorial. Por otra parte, la PCP actúa principalmente a través de un tipo de receptor de glutamato en el cerebro que es importante en la percepción del dolor, las repuestas al entorno y en el aprendizaje y la memoria.

A pesar de la inexistencia de estudios controlados de investigación adecuados sobre los efectos específicos de estas drogas en el cerebro humano, se han publicado estudios menores y varios informes de casos que documentan algunos de los efectos asociados al uso de alucinógenos:

  • LSD: Se observan cambios más drásticos en las sensaciones y sentimientos que en la parte física en las personas bajo la influencia de la LSD. Es posible el consumidor sienta varias emociones diferentes al mismo tiempo o que pase rápidamente de una emoción a otra. Si se toma una dosis suficientemente alta, la droga produce delirio y alucinaciones visuales. El sentido del tiempo y de la identidad propia se alteran. Las sensaciones parecen "entrecruzarse", dando a la persona la impresión de oír los colores y ver los sonidos. Estos cambios pueden ser aterradores, causándole pánico al consumidor. Algunas personas tienen pensamientos aterrorizantes y sentimientos de desesperación, tienen miedo de perder el control, de volverse locos o de morir cuando están usando LSD.

    Los usuarios también pueden tener "flashbacks", sensaciones de "déjà vu" o reviviscencias, es decir, recurrencias alucinatorias de ciertos aspectos de sus experiencias con la droga. Un "flashback" sucede repentinamente, por lo general sin previo aviso, y puede ocurrir desde unos días hasta un año después de haber consumido LSD. En algunas personas, estas reviviscencias pueden persistir y causar gran angustia o deterioro en el funcionamiento social o laboral, lo que se conoce como el trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (HPPD, por sus siglas en inglés).

    Con el tiempo, la mayoría de los usuarios de LSD disminuyen o dejan su consumo voluntariamente. La LSD no se considera una droga adictiva ya que no produce un comportamiento caracterizado por la búsqueda compulsiva de la droga. Sin embargo, sí produce tolerancia, por lo que algunos usuarios que la usan repetidamente deben tomar dosis cada vez más altas para lograr el mismo nivel de intoxicación que habían logrado previamente. Ésta es una práctica sumamente peligrosa, dado lo impredecible que es la droga. Además, se ha reportado una tolerancia cruzada entre la LSD y otros alucinógenos.

  • Peyote: Aún no existe una comprensión clara de los efectos sicológicos y cognitivos residuales que perduran a largo plazo de la mezcalina, el principal ingrediente activo del peyote. Un estudio reciente no encontró evidencia de que hubiera déficits psicológicos o cognitivos en los indígenas norteamericanos que usan peyote regularmente en sus ritos religiosos. Sin embargo, cabe notar que estos hallazgos tal vez no se apliquen a las personas que abusan de la droga repetidamente para propósitos recreacionales. Los usuarios de peyote también pueden tener "flashbacks" o reviviscencias.

  • Psilocibina: Los componentes activos en los hongos "mágicos" que contienen psilocibina tienen propiedades parecidas a las de la LSD y producen alteraciones en la función autonómica, los reflejos motores, el comportamiento y la percepción. Las consecuencias psicológicas del uso de psilocibina incluyen alucinaciones, una percepción alterada del tiempo y la incapacidad de discernir la fantasía de la realidad. También puede haber reacciones de pánico y psicosis, especialmente si el usuario consume una dosis alta. Todos los efectos a largo plazo, incluyendo los "flashbacks", el riesgo de enfermedad psiquiátrica, el deterioro de la memoria y la tolerancia, han sido descritos en informes de casos.

  • PCP: En 1965 se descontinuó el uso de la PCP como anestesia aprobada en seres humanos debido a que los pacientes a menudo se mostraban agitados, delirantes e irracionales cuando se recuperaban de sus efectos anestésicos. La PCP es una "droga disociativa", es decir, que distorsiona las percepciones visuales y auditivas y produce sentimientos de aislamiento o disociación del entorno y de sí mismo. La PCP se introdujo como droga de venta en la calle en los años sesenta y rápidamente adquirió la fama de que causaba reacciones adversas y que no valía la pena el riesgo de consumirla. Sin embargo, algunos consumidores continúan usando PCP debido a la sensación de fuerza, poder e invulnerabilidad que da la droga, así como por el efecto narcótico que puede producir. Entre los efectos psicológicos adversos reportados están:
    • Síntomas parecidos a los de la esquizofrenia como delirio, alucinaciones, paranoia, pensamiento perturbado y una sensación de distanciamiento del entorno.
    • Perturbaciones en el estado de ánimo: alrededor del 50 por ciento de las personas que acudieron a salas de emergencia presentando problemas inducidos por el consumo de PCP en las últimas 48 horas, reportaron un aumento significativo en los síntomas de ansiedad.
    • Las personas que han abusado de PCP por periodos prolongados han reportado pérdida de memoria, dificultad para hablar y pensar, depresión y pérdida de peso. Los síntomas pueden persistir hasta un año después de haber dejado de abusar de esta droga.
    • Adicción: La PCP es adictiva. Su uso repetido puede llevar al deseo vehemente por la droga y a comportamientos caracterizados por la búsqueda compulsiva de la misma a pesar de las consecuencias adversas graves.

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